¿Haz visto un árbol seco en medio de un bosque? ¿Por qué ese está muerto y los demás están vivos y verdes? ¿No llovió sobre él? ¿Su pedazo de tierra era malo? No. Simplemente una de sus raíces se enredó en su propio tronco e impidió que el agua y los nutrientes de la tierra llegaran hasta las ramas del árbol.
Así es una raíz de amargura. Cuando no perdonamos o seguimos lamentándonos de una situación, creamos resentimiento. Y si no lo controlamos, éste sigue creciendo hasta volverse en amargura. Nada nos agrada, nada nos complace, todo nos sabe mal: amargo.
Al igual que el árbol, nos secamos...
y un árbol seco no da fruto.
y un árbol seco no da fruto.
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