sábado, 12 de marzo de 2011

Raíces de Amargura

¿Haz visto un árbol seco en medio de un bosque?  ¿Por qué ese está muerto y los demás están vivos y verdes?  ¿No llovió sobre él?  ¿Su pedazo de tierra era malo?  No.  Simplemente una de sus raíces se enredó en su propio tronco e impidió que el agua y los nutrientes de la tierra llegaran hasta las ramas del árbol.
        Así es una raíz de amargura.  Cuando no perdonamos o seguimos lamentándonos de una situación, creamos resentimiento.  Y si no lo controlamos, éste sigue creciendo hasta volverse en amargura.  Nada nos agrada, nada nos complace, todo nos sabe mal: amargo.
        Al igual que el árbol, nos secamos...
                             y un árbol seco no da fruto.

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